Atención a quienes tienen asientos calefactables en sus coches. Aunque consiguen aliviar notablemente el frío, los dermatólogos advierten de un posible riesgo denominado 'síndrome de la piel tostada'.
Según explican los especialistas, cuando la exposición a este mecanismo de calor es prolongada, pueden salir sarpullidos en los muslos y así lo recogen dos casos publicados en la revista 'Archives of Dermatology'.
Uno de ellos describe el caso de una mujer de 67 años que desarrolló 'manchas reticuladas marrones', es decir, unas líneas rojas entrecruzadas en la parte posterior de sus muslos. El autor de este escrito, el dermatólogo Brian Adams, de la facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati (Ohio, EEUU), explica que el patrón de estas marcas coincidía con las zonas de su cuerpo que estaban en contacto con el asiento. Además, las imágenes mostraron que extremidad izquierda, que era la que estaba más fija al tapizado, presentaba mayor decoloración que la derecha (utilizada para pisar los pedales).
El segundo artículo se refiere a una mujer de 40 años que utilizaba el asiento calefactable una hora cada día durante cuatro meses. También acudió al médico al observarse manchas similares en los muslos.
Aunque no es muy frecuente y tampoco grave, puntualiza el doctor Adams, se recomienda "evitar un excesivo contacto de la piel con este sistema de calentamiento". De forma aislada, se han registrado algunos casos de quemaduras por culpa de este mecanismo de calor.
Produce lo que se conoce como 'eritema ab igne' ('inflamación por fuego'), también llamado 'cabrillas' o, en el mundo anglosajón, 'síndrome de la piel tostada'. Ocurre con la exposición al calor, ya sea a través de los asientos calefactables o actos actos tan cotidianos como el simple hecho de pasar un rato con el ordenador sobre los muslos.
El tratamiento, señala Adams, es sencillo. Basta con evitar la fuente de calor y, "con el tiempo, la piel tostada desaparece, aunque la decoloración puede durar meses".